martes, 15 de diciembre de 2009

Abrir la voz.

Autor de la fotografía: Wolff


Detrás de la batalla hay un silencio,
después del estruendo
una invitación a tu voz,
una respuesta, un grito,

.......................................una pregunta

Se lo debes,
se lo debemos a quien ya no puede hablar
de tanta muerte,
desde la muerte.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Slowly


Cuando aparcó sus labios al otro lado del silencio
te bebiste de un trago las caricias. Tanta avidez
no puede digerirse cuando esperas el tiempo
de una boca.

A sorbos se liba la ternura, se relamen los segundos
en el vientre
a sorbos se desciende cada hora y el beso apresurado
se detiene
a sorbos los minutos de la lengua descubriendo en el río
sus afluentes
a sorbos se respiran con los dedos los senderos de suspiros
en las pieles

Cuando esperes el tiempo de su boca,
libarás de sus cielos lentamente.


sábado, 12 de diciembre de 2009

Existen los desiertos, Aminetu


Que existen los desiertos, Aminetu, nos lo han contado.
Mas no dicen
del olvido en sus arenas
ni del oasis quebrado en nombre de no sé qué dios,
ni de la vergüenza.

Hay un hambre que taladra los estómagos satisfechos,
un ir y venir que arrasa
el aire que no se doblega,
que ametralla las razones de tu estela.

Estamos tan lejanos, mirando entre tus ojos la condena,
tan crédulos, no obstante, del instante que redima
de tu sangre las fronteras,
que olvidamos que los cuentos os llueven
como piedras,
que tus niños son niños desde siempre, no un verano
ni un mes
ni sólo en primavera.

Existen los desiertos, Aminetu, que nos cuentan el coraje
de tu entrega,
existen los desiertos y en tus labios, la voz
que los alienta.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Espejismo en la Sierra de Guara


Autor de la fotografía: Julián


Fue de mar aquella tarde; sabían a sal los besos,
el polvo del carrascal, cuando recubrió los cuerpos,
llamó olas al sudor
y la brisa bautizó, en los trigales, al viento.

En gaviotas los gorriones se trocaron en sus vuelos,
divisando camarones en el charco donde el cielo
asomó su rostro limpio de nubes y de aguaceros.

El amor hace milagros, pensó la Sierra de Guara
acicalando sus crestas en la línea que separa
la costa del cielo azul, aquella tarde de mar,
con besos sabor a sal que bañaron la montaña.

Todo se complica


Autor de la fotografía: Art Photo.


... la vida se complica; se cuestiona el instante
de la vida,
la muerte se complica; se encadena, de la muerte,
la partida.

Se complica el aire, los mares, la huida,
el regreso se complica; se amurallan los paseos
y avenidas.

Se complica el amor; se antepone a su esencia
la partícula,
el desamor se complica; se enumera en el papel
su (a)sintonía.

Se complica el color; se tatúan en la sangre
sus franquicias.

Todo se complica. Lo complicamos todo,
te complicas tú, me complico yo,
se complican la noche y el día,
se complica el otoño que ha inundado
sus risas.

Nos complicamos, se complican,
nos complican.

martes, 8 de diciembre de 2009

Cuando sea estrella

Autor de la fotografía: Gonzales


Mi madre, que ahora es pequeña, dice que nunca
te vas, que siempre te quedas:
Cuando sientas un beso,
cuenta,
es él que juega y te dice
¡eh, estoy aquí!... ¿ no me recuerdas?.

Ella, que ahora es pequeña,
se hace muy grande
cuando extiende los brazos
y acaricia una nube de palomas:
Se ha hecho pájaro,
dice,
y de mi corazón al tuyo,
vuela
.

Ella, mi madre,
que aun siendo muy grande
ahora es pequeña,
me lo cuenta.
Y yo me lo guardo en la caja secreta
para no olvidarlo
cuando sea estrella.






¿La recuerdas...?


sábado, 5 de diciembre de 2009

Campanadas en la catedral

Autora de la fotografía: Elvine.





Al meu amic, Antoni.


Cuando atravesó la calle Montjuïc del Bisbe en dirección a la plaza Garriga Bachs, la ausencia de transeúntes contrastaba con el griterío que se filtraba a través de las ventanas tamizadas por una cortina de vaho mezclado con alcohol. Con un gesto, no exento de desagrado, se apoyó en uno de los soportales para desprenderse de una tira de serpentina rosa que se había adherido a la suela de su zapato. Nunca había entendido esa urgencia de alegría impuesta la última noche del año hasta el punto de creer y asegurar, con la firmeza de quien niega sistemáticamente lo que duele, por perdido, que en su adolescencia jamás fue partícipe de semejante bufonada. Al llegar a la plaza sonrió y quitándose los guantes recorrió con sus dedos las esculturas de bronce esculpidas en homenaje a los barceloneses que se rebelaron contra las tropas napoleónicas. El ángel de piedra, su confidente cada Nochevieja desde hacía varios años, también sonrió: no ha venido, le dijo mientras sacudía una de sus alas cubiertas de nieve, vendrá, le respondió.

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Estaba muy elegante con su abrigo negro de lana, la camisa blanca que iluminaba su rostro cetrino y la pajarita que había adquirido en la calle Petritxoll cuando ella se lo sugirió. Hacía frío y aquella tarde, mientras miraba por la ventana la plazoleta que se vestía de blanco para recibir el nuevo año, recordó que había extraviado sus guantes de lana gris en el Café de la Ópera : Señor, no... he estado aquí toda la mañana y en su mesa no he encontrado ningún par de guantes; se le habrán caído en el trayecto hacia su casa”. Ahora, casi satisfecho por la pérdida, miraba sus manos, unidas en un abrazo a la bolsa con la botella de cava y las copas, enfundadas en “piel auténtica, señor…” y asentía con la cabeza el recuerdo del hombrecillo que se los había envuelto en papel verde con el anagrama en dorado de la tienda: “Casa Serra. Fundada en 1907”. Cuando llegó a la plaza Garriga Bachs sonó la única y sola campanada de la catedral; faltaba un cuarto de hora para el encuentro, media hora para la medianoche. Ni se percató de la presencia del hombre que musitaba solo a la derecha de la figura del ángel ni de que había cesado de nevar.

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Cuando el aire frío de la recién estrenada madrugada acogió el tañido de la duodécima campanada se sintió el hombre más solo del mundo. A oleadas, transportados por el aliento del mar, sobrevolaban las risas y los pitidos de los matasuegras que se hacían más evidentes en la quietud y el silencio de la plaza. ¡ No ha venido! -exclamó-, ¡no ha venido…! y se arrebujó en la bancada mientras el ángel le cobijaba bajo sus alas.

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Con cada figura que atravesaba el puente gótico se le aceleraba el corazón. Le dolía el estómago pero el deseo narcotizaba sus punzadas aunque, de vez en cuando, se recriminaba por no haber aceptado la pastilla de Almax que su madre, con la misma insistencia de siempre, le había ofrecido. Escuchó los cuartos. Hacía ya quince minutos que ella debería haber llegado. Le molestaba la mirada insistente de aquel hombre que le observaba y farfullaba palabras que él, desde la distancia, no entendía. Cada una de las campanadas de la torre de la catedral le taladraron los oídos mientras el pánico, bañado en nauseas, le secuestró del escenario. Cuando regresó, la botella de cava y las copas yacían esparcidas por el suelo en un estanque de espuma. Una voz, enredada con el estallido de los fuegos artificiales que asomaban por detrás del monumento, le preguntaba ¿está usted bien, señor…? ¿señor…?.
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Desde hacía cinco años atravesaba la calle Montjuïc del Bisbe en dirección a la plaza Garriga Basch. La sola idea de presenciar la misma escena al filo de la medianoche le animaba e invitaba a elucubrar sobre la historia que se escribía y repetía, año tras año, en el estallido de una botella de cava y un par de copas a los pies de la catedral.

No ha venido, le dijo mientras sacudía una de sus alas cubiertas de nieve; vendrá, le respondió…


Plaza Garriga Bachs. Barcelona
Antoni. 07-12-09

jueves, 3 de diciembre de 2009

No hay perdón


Autor de la fotografía Philippe Delval


El fuego inmisericorde ha vomitado en cenizas
tu casa de adobe seco donde encendiste la vida,
cuando la llama era lumbre,
cuando el hogar te acogía.

De dónde vienes tú, dime, si en el valle
sólo queda
de la nada su tañido
golpeando en el vacío
de su mueca...
A dónde vas si has perdido hasta el aire
que respiras y tu boca, de quejidos,
muerde seca ...

La noche es más noche oscura,
el día nombra las ruinas
y en ti,
heredero de la muerte y su agonía,
ha desbordado la gota,
hidra de venganza roja,
estallido hacia adelante de la huida.



martes, 1 de diciembre de 2009

Esbozo otoñal.


Autor de la fotografía: Yves Woigard


Pintan los castaños la estación desnuda.
Se baña el ciprés en un mar de hojas,
siempre inalterable, pirámide erguida.
El estanque, en versos, roza aquella orilla,
pensamientos blancos soñando ser lilas.
Verde es el ciprés,
de espejos, la lluvia.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Incongruencia



A la memoria no ha llegado la noche.
Permanece el recuerdo de una tarde de septiembre.
Su corazón desbocado, por la estación de las nieves,
sueña en la cima y su sol
y sin embargo,
des
         cien
                   de.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Descubrir-se-nos



Miraré la tarde
con ese aire ausente con que tú la miras
y me incita a sumergirme
en tus mareas.
A descubrirte.

Vienes y vas.
Cuando te alejas soy sombra de tu silencio
y me siento cómplice de tu destino.
Cuando regresas y me suspiras,
yo ya estoy lejos .

Observarás la tarde.
Iré y vendré
para que grites mi ausencia con el mismo aire
que clama tus mareas,
y me rescates,
y te sumerjas,
y me descubras, cerca.

martes, 24 de noviembre de 2009

Al poeta denostado




Por qué no a la memoria,
por qué no a los amores,
al ocaso y a las flores,
a la vida y a su noria.

Por qué no abrazar la rima
o descomponer el vuelo,
aterrizando en el cielo
o volando aquella sima.

Por qué dices al poeta
qué soñar, cómo contarlo,
por qué quieres complicarlo,
por qué si el ruido no es meta.

Por qué hablar de lo que mira
y negar que lo que siente,
sea amor, la vida o muerte,
es inmolarse en tu pira.

No necesita tu abrazo
ni tu desden por las odas,
él es poeta y rapsoda
mas no escribe en tu regazo.

No hay que hacer un doctorado
para embriagarse de besos,
para escribir entre versos
un corazón entregado.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Rebelión



Yace en ti un volcán silente,
magma oculto entre los verbos
que acunaste con tus manos.
Una melena al viento distraía,
cada tarde,
los ocasos.
Y al amanecer vestías,
de nuevo,el puño en alto,
los jirones de la voz,
del sonido y su alegato,
de la verdad entre dientes,
de los sueños trasquilados.
………………………………………………………………………
Entre tú y los años se abrió un abismo,
un cráter anunciado.
En la hondura duerme el grito
y el cabello entre los llantos.
………………………………………………………………………
El mundo mudará para sus ojos,
para los tuyos.
Aunque hayan ultrajado sus lágrimas,
aunque ría yermo.
No sabe de las tuyas, de las nuestras,
de las que sembramos
para cuando el corazón,
curtido en el desierto y cuarteado,
se nombre entre las rosas,
prohíje cada pétalo
y sea,
sin ambages ni pretextos,
un corazón insurrecto,
un corazón incendiado.


miércoles, 18 de noviembre de 2009

Noviembre en agosto

Autora de la fotografía: Pilar

Sigo en silencio unos versos. De una poeta aragonesa que he descubierto . Uno de los que ha publicado últimamente, me ha inspirado este “Noviembre en agosto”.
Os recomiendo, a quienes todavía no la conozcáis, que disfrutéis con sus caricias, las caricias de
Olga Bernad.


Enmudezco.
Tú cuentas por mí la estación de los silencios
y entre nieblas y fríos a destiempo,
imaginas el abrigo de un verano
que acaricie tu cuerpo y tu cabello.

Pero no es verdad. No lo cuentas por mí.
Porque yo amo la bruma de noviembre
y enfundada en su lluvia,
abrazo la soledad
que a ti te moja y hiere.

La cuentas para mí.
Y yo, cautiva de tu invierno en verano y de tus versos,
odio noviembre en agosto
y enmudezco.

martes, 17 de noviembre de 2009

Nacido

(Versos para Rafa )


Es verdad que el canto quedo,
Susurro en el desespero,
Sin manos, sin piernas, huero,
Es un hálito de vida;
pequeño, sí, pero cierto.

También insignificantes
Pueden parecer los versos
Si el desespero ha negado,
De la noche y sus estrellas,
Una sola en tu regazo.

Por eso el grito, poeta,
Nacido, grande, con fuerza .
Por eso el verso maldito
Maldiciendo las afrentas...
Y si no grandes, pequeños,
Que nos sirvan, mientras tanto,
Para no vivir sin sueños.


sábado, 14 de noviembre de 2009

Del desamor que grita.


Autor fotografía: Robillard Laurent


Si a ti te hubieran dicho
que en sus aguas el verso
se ahogaría sin regreso,
habrías abrazado el silencio.

Como una cascada
te desbordaste sin miedo,
desnudaste los recuerdos.
Tantas horas esperando,
tantas tardes aguardando
la voz de su regreso…
y pasa rozando,
y te ofrece un momento.

Has llorado sobre el suelo
que ya no eres la misma,
que enterraste todo aquéllo
sin quererlo.

Tú creías que la mar te acogería como
acoge al río en su destierro.
Mas pasó rozando como pasa el viento.
Te duele la herida que su cielo ha abierto
para luego cerrarse, ciego, sin remedio.
………………………………………………………………

Para qué tanto verso si ha virado la luna,
para qué tanta rima si sólo los ruidos
doblan las esquinas,
para qué.
Para qué poesía de silencios rotos
que hablan pesadillas.
Para qué le nombras,
para qué suspiras
si cambió tu estrella
por la luz de un día.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Pájaro azul



Qué triste el paisaje sin tu rostro,
qué desnuda la cama sin el sueño
en este nido,
qué silencio tan mudo sin el grito
en el pasillo,
qué aire más espeso cuando respiro
y te has ido.

Tú fuiste pájaro, vida.
Eres pájaro azul en esta alcoba,
vacío está el cubil sin el aroma,
lleno de ti en cada
pluma de su almohada.

Sólo el calendario que te anuncia,
sólo el reloj que late cada día
acercan la mañana a mi ventana
y la tarde en que abandones las colinas.

Regresarás el rostro,
el sueño,
el grito,
aliviarás el aire que es espina,
posarás tus alas de quimeras,
pájaro azul de vuelos y piruetas.

Tinc l’ànima plena de pluges




Gracies, Antoni.

M'ha fet molta il.lussió veure els versos en la llengua del meu avi.



Tinc l’ànima plena de pluges.
A les seves aigües hi va beure ma innocència
abans del diluvi.
Un futur nu esperava
mentre anava corrent cap enlloc.
Però sabia les dreceres i l’ametller on
vas escriure el meu nom,
sabia els rostres que em cridaven
cada nit
quan els carrers feien olor de tarda,
quan el parc s’inflamaba
i plorava el plaer descobert...
I els dubtes.
Perquè tot es movia sota els meus peus,
perquè ningú em sostenia.
Tan sols la ciutat restava quieta,
encantadora de somnis,
talladora d’ales,
asfíxia acostumada.
Tu ressuscitaves l’alba i vas omplir
d’aire la meva cambra.
Tu vas acompanyar la meva soledat estranya
i la seva distància.
Tu vas senyalar el camí mentre tornava
d’algun lloc.
I nomenares les dreceres i l’ametller on
vas escriure el meu nom.

Tinc l’ànima plena de pluges.
A les seves aigües es va ofegar ma innocència
després del diluvi.
La nostra innocència.

jueves, 29 de octubre de 2009

Escribiendo con... Malena



MALENA


La habitación ha quedado en silencio después de intercambiar nuestras opiniones en la sobremesa, mientras el aroma del café iba impregnando nuestros sentidos. Creo que todos nos hemos quedado reflexionando en las palabras dichas, en esas palabras cargadas, ora de desaliento, ora de esperanza…

Me he levantado y mis pasos se han dirigido hacia el ventanal desde el que veo caer la tarde. Lo abro… las hojas de los árboles van cayendo lentamente, empujadas por el viento que ha hecho su aparición meciendo las ramas.

Mis ojos miran hacia la lejanía … ¿miran o se pierden en el horizonte sin mirar?... Necesito entrar en contacto con mi alma, con ese mundo tan mío, tan íntimo, en el que nadie puede entrar, en el que tejo y destejo mis ilusiones.

El viento acaricia mi rostro, la tarde sigue cayendo dulcemente, y en mi alma… solo dejo paso a la esperanza…

..............................................................................


He recreado la tarde después de nuestras voces,
del mundo y sus remiendos, de sus idas y venidas
y la desesperanza.
He escuchado su silencio, entero, inmenso,
velado por las hojas que crujen bajo mis pies.
He creído ver en sus pupilas una luna naciente,
corona de plata en mi horizonte gris.
Y en la calma,
he borrado, de la tarde, nuestras voces,
el mundo y sus remiendos, las idas y venidas,
para sentir la quietud de este otoño que amanece
y susurra, entre amarillos, la esperanza.


ELSA.

domingo, 25 de octubre de 2009

Tengo el alma llena de lluvias


Tengo el alma llena de lluvias.
En sus aguas bebió la inocencia
antes del diluvio.
Un futuro desnudo aguardaba
mientras corría hacia ninguna parte.
Pero sabía los atajos y el almendro donde
escribiste mi nombre,
sabía los rostros que me llamaban
cada noche
cuando las calles olían a tarde,
cuando el parque se encendía
y lloraba el placer descubierto…
Y las dudas.
Porque todo se movía bajo mis pies,
porque nada me sostenía,
ciudad de arena,
escrutadora de sueños,
taladora de alas,
asfixia acostumbrada.

Sólo tú resucitabas el alba y llenabas
de aire mi estancia.
Sólo tú acompañabas mi soledad extraña
y su distancia.
Y señalaste el camino mientras volvía
de alguna parte.
Y nombraste los atajos y el almendro donde
escribiste mi nombre.


Tengo el alma llena de lluvias.
En sus aguas se ahogó la inocencia
después del diluvio.
Nuestra inocencia.

jueves, 8 de octubre de 2009

Mañana




Lloverán los besos que no dimos

del rostro de un mañana inacabado,

de un tal vez que nunca fue destino,

de un quizás en un cajón guardado.


Llorarán caricias en la noche

perdidas en el mar sin tus abrazos,

buscarán tus huellas en los huecos

repletos de tu ausencia en mi costado.


Se abrirá la herida que ahora hablo

sedienta de tu sed y de tus manos.


(Tránsito de ausencias).



lunes, 5 de octubre de 2009

Aquí, así...



Aquí estoy,
muda de tanto hablar para adentro
aquí estoy,
sorda por bucear lo que siento,
ciega entre párpados, miedo.

Aquí estoy,
desierta de tanto colmar los espejos
así estoy,
llena de cantos y sueños,
aquí,
fría por la nieve en el sendero,
ardiendo en el fuego que no enciendo.

Aquí estoy,
cerca de mí y sin embargo lejos.



domingo, 4 de octubre de 2009

Réplica a unos versos




Si pudiera


Si pudiera amor volar tus cometas.

Si pudiera hoy callar las esperas,

más allá del cielo que ahora te sueña

mañana sería, en silencio, estrella.

¡Ay amor, si pudiera…!

Si pudiera ahora, si contigo fuera,

sin ti no estaría abriendo la puerta

de este río inmenso que moja

mi pena.

¡Ay amor, no debo!

¡Ay mi amor no quiero

turbar ese vuelo

ni el verde infinito que ahora te espera!

La puerta se cierra y el río se seca

soñando arroyuelos en la primavera.

Elsa






Volar, díces, amor


Volar, dices, amor, ¡volar no puedo!

que mis alas quebraron rotas en un sueño.

Sin alas caigo y vacío muero,

dame tierra, desnudo, en el frío suelo

o quema mis entrañas en vasto fuego,

pero no me dejes amar con miedo.


Vivir, dices, amor, ¡vivir no puedo!

si se cierran las puertas del último cielo

y la ausencia apaga la luz de mis versos.

Vivir sin ti, amor, mudo y ciego,

regando con lágrimas los cauces secos

que en primavera brotan como arroyuelos.


Penar, dices, amor, ¡por ti, sí puedo!

Por tu lejana ausencia de mis adentros.

Por las horas yertas, por los anhelos.

Por los ríos de tinta que te escribieron.

Porque añoro las mieles de nuestros besos.

Penar, dices, amor, ¡por ti, sí debo!


Emilio. "Testamentario"


sábado, 3 de octubre de 2009

Un soplo




A Malena


Un soplo lloraba,

un soplo de aire,

una gota fresca del mar que acaricias.

Tu voz en el grito abre al sol

las grutas.

Tu silencio siento como una sonrisa.

Hay en esta guerra una tregua,

amiga,

un bálsamo dulce que alivia la herida.

Hay en estas sombras una luz

que alumbra:

tu mano, que abierta en la noche oscura,

abanica el aire y el mar

que me arrulla.



lunes, 31 de agosto de 2009

Cuando pintes mi cielo.



A Corina


Atravesé las horas, tu vientre,
me así a tus dedos,
pinceles húmedos sobre el lienzo
en invierno.
Suspiré la hiedra, jardín imaginado,
melancolías sin nombre de cabellos
cortos, de juegos, de infantiles bocas,
de sed callejeada
en las tardes de agosto.
Repetí los libros cada otoño,
cuadrículas vacías, lápices perezosos,
cuartos compartidos
que luchaban
rincones propios,
soledades recién habitadas...

Y no escribí. No quise hacerlo.

Ahora, rescatados los aromas,
desnudo el pasado y lloro y suplico
el futuro pálido de tus astros.

Ahora, en el tiempo de tu vientre ajado,
de tus dedos rotos
y el pincel segado.

Ahora, que leo los paisajes y el sueño en tus espejos,
pinto en el papel el esbozo de un verso mientras
tú me preguntas ¿escribes...?
Y yo respondo, cuando pintes mi cielo.

jueves, 11 de junio de 2009

Orillas.




Te has dormido. Y en el sueño la otra orilla.
Aquí la vida. ¿la vida...?
La muerte poco a poco, la muerte parecida.
Porque el aliento le falta a este lado
en la vigilia.
Porque inmóvil se ha quedado
la esperanza,
porque la arena ha cubierto nuestra danza
en esta esquina.
La muerte que no mata, la vida pesadilla.
Y en el sueño la otra orilla.


¿Me acompañas?
(Me lo dice tu sonrisa)
Ven a este lado que es nuestro, miraremos desde arriba.
Veremos pasar la furia.
Distancia... La que nos salva.
Pero tú cerca.
No pronuncies soledades
cuando tu mano en la mía,
cuando despierto y me miras.
¿Me acompañas...?



Me he perdido. En el grito.
Tu susurro lo siento tan leve
que mi nombre se ha quedado
en este lado, en esta orilla.
Ya tu sueño no me lleva, ni me alivia
tu sonrisa.
No puedo saltar la arista.


Perecedera es la noche, la oscuridad pasajera.
Yo te espero. Y el camino.
Despertaremos la aurora que ahora duerme
entre tus versos.
Perecedera es la noche.
Yo te espero.



Elsa.


Me llamas, amado mío, para que entre en tu sueño. Me tiendes las manos y yo extiendo las mías para seguir tu camino más allá del horizonte. Donde brote como una flor la esperanza y el sol oculte la oscuridad de la noche. Mi mirada en la tuya se pierde y oigo suavemente como recitas poemas que van acariciando mi atribulada mente y me libero de las cadenas que han acortado mis pasos y han intentado esclavizarme para siempre.

Abrázame. Hazme salir de este mal sueño y dime que me quieres, que me sienta llena de ti y sepa arrinconar la angustia y soledad de esta oscura noche. Que tu cuerpo unido al mío, juntos en una caricia, derroten las aristas que se elevan cruelmente.

Di mi nombre… Llámame para que mi ser te responda, para que escale los peldaños que separan este mundo del tuyo. Vida mía... mi vida... tu sonrisa me dice que es posible y yo, entregada a ti, entro en tu sueño y dejo atrás esta orilla en donde la arena me cubría, para ver contigo la promesa merecida de un nuevo día libre de pesadillas, lleno de nuevas ilusiones.

Malena

miércoles, 3 de junio de 2009

En el quejido



Cuando el abrazo de sombras impide el aliento
y su canto, noche, danza sobre el filo, un río de agujas
desborda el lamento.
Sorda en este ruido, ni el agua templada
suaviza los truenos que retumban fieros.
Y el verso no escrito, que busca en mis labios su grito
de fuego, se ahoga en la lluvia de este desespero.

...................................................

Se ha quedado el aire helado y dentro las rosas
que no he dicho se marchitan.
Cómo distinguir el ruido del silencio
sin el grito...
Cómo discernir el día de las luces, si he velado mis ojos
en lo oscuro...
Cómo poner rumbo en el aullido,
cómo rescatarme del abismo
si no distingo, en el pozo, la salida...

La voz de la cordura me susurra: el norte existe.



domingo, 24 de mayo de 2009

Tres miradas. A Benedetti.




Poco, apenas nada cambiará alrededor

de nuestra ausencia:

Seguirá amaneciendo

en los ojos de quienes amamos,

se rozarán soledades,

rabia, miedo,

como se rozaron las nuestras

cuando nos precedieron.

Se afligirá aquel aroma,

este recuerdo,

el eco en las paredes,

durante un tiempo...


Durante un tiempo

nos sentaremos

en la memoria de la ropa doblada,

(aún mojada),

en la del libro

(olvidada la rosa)

en las arrugas del lecho,

en el hueco...

Durante un tiempo.


Nada o muy poco mudará tras

nuestro abandono.

Seguirá anocheciendo

para los mismos ojos, para otros,

se alternarán primaveras

después de cada invierno.

Nada, apenas la soledad, la rabia,

el miedo,

que dejarán de ser suyos poco a poco,

que olvidarán que fueron nuestros

durante un tiempo.


Tal vez, mi admirado poeta, permanezca

el verso.


Elsa.


Segunda mirada: Malena


Tercera mirada: Calle Quimera




viernes, 15 de mayo de 2009

Alrededor de un te quiero



Para que -como hoy- me digas,
recostado en el recuerdo,
en la noche y el deseo:
Te quiero...

te regalaré mi verso
despojado de los velos
que sinuosos confunden
la caricia de tus dedos.

Para que cuando despierte
de la placidez del sueño
y la luz,
que ingenua hiere
la intimidad de tus besos,
no separe ni mis labios
ni tu mirada
ni el cuerpo,
borracha de tus deseos,
entornaré la ventana
y trasnocharé la huida
alrededor
de un
Te Quiero.


miércoles, 13 de mayo de 2009

Dónde...


¿Dónde estáis poetas?
Sí, vosotros,
los paridos en la tierra
de los dioses olvidada.
¿Dónde estáis que cuando miro
apenas veo?.
¿Dónde andáis
que cuando oigo
sólo escucho otras palabras?.
¿Dónde buscaros,
dónde encontraros,
qué muros he de escalar
para sentir vuestras almas?.
¿Dónde...?
No veo. No escucho nada.

Ya no sé si es la ceguera,
o que cortaron las alas,
o que migraron las voces
en fáciles lunas blancas.

¿Dónde estáis...?
¿No es la poesía un arma...?.

miércoles, 6 de mayo de 2009

En tus ojos




En tus ojos me miro.
En tus ojos me veo.

Mirar tus ojos
es adentrarme en un mar
de turquesas,
en un mundo azul
de luceros y estrellas.
Cuando miro tus ojos sorprendo secretos,
mares que dormitan, piélagos que sueñan
y ríos que tibios, cuando se desbordan,
nombran una senda de lluvia salada
que a besos deshace mi boca sedienta.

Mirarte me trae rostros olvidados,
nuestra adolescencia,
las primeras caricias,
mis extraños temblores,
mis preguntas miradas,
tus calladas respuestas,
manos inexpertas.

Mis ojos en los tuyos.

Sin la luz de tus ojos
la ceguera despierta,
mi canción palidece,
se quiebran las rectas,
oscurece el añil,
no hay lluvias de abril.

En tus ojos me miro,
por tus ojos veo.
Tus ojos en los míos.


martes, 5 de mayo de 2009

Si pudiera soñarte




Si pudiera soñarte,
te pintaría de azules,
de cielos,
mares tranquilos
o de océanos dormidos
que besan la arena blanca.
Compartiría tus vuelos,
ocultos entre celajes,
de futuros venideros
o de presentes repletos de deseos
de escaparte.

Si pudiera soñarte,
te amaría sin disfraces,
sin dudas disimuladas
y sin verdades que mienten
con la palabra enredadas.
Desnudaría la tarde de rojos
palidecidos,
de pasiones apremiadas
y de velos que enmascaran
tus caprichos más ocultos.


Si pudiera soñarte,
subrayaría tu nombre
en cada noche y estrellas
y en los días que amanecen
vacíos sin tu presencia.


Pero soñarte no quiere
que los sueños se despiertan.


(Elsa 2007)




domingo, 3 de mayo de 2009

La mirada es distinta


No miramos igual. La mirada es distinta.
Tú ves en la flor soledades que habita,
la dureza en la piedra, lápida sin vida.
Yo miro el color que en la arena palpita,
la dulzura del tallo que el viento acaricia.

No llora la rosa aromas de un día:
Llora las espinas.

No miramos igual...
ni la noche,
ni el día.



sábado, 25 de abril de 2009

Soy caminante


Autor de la fotografía: Gonzales


Vivo en el tiempo, atravieso el tiempo
(No puedo quedarme)
Soy una suma de instantes
Una mirada al ayer
Un paso adelante
Soy caminante.



jueves, 23 de abril de 2009

Si la lluvia

Autor fotografía: Point of View



Si la lluvia diluyera los errores,
si ella ahogara los rencores,
si calmara las hogueras que hoy abrasan
el desierto,
si ella fuera el mar abierto
donde poder derramar gritos
y secretos,
si pintara de colores los lamentos …
En esta tarde cerrada de nubes grises,
de cuentos,
adoraría su dios
y rendida atendería su aguacero.

miércoles, 22 de abril de 2009

Gaia



Autor de la fotografía: Le Passant qui passe.


Era un día....
Lo están borrando...

Pero aún sé que había un lado azul donde asomarnos
y el verde se tejía alrededor de nuestra casa
cada primavera.

Y había un otoño que nombraba el verano
y un invierno blanco coronando el norte
de mimos helados,
y un río donde mojar el cansancio
cuando el desierto, distante, marcaba el oráculo
de las lluvias de fuego.

Y el sol...
Ese sol que calentaba nuestra orilla
y amarilleaba la paja tras la estación del amor,
y bronceaba los cuerpos desnudos al alivio
de la brisa.

No erraba el tiempo.

¡Ah la brisa...! la de los mares y océanos,
el aliento del mar, ese mar que incitaba
a viajes desconocidos, infinitos,
a paraísos de corales,
a velas desplegadas a merced del viento,
a soledades buscadas en la arena,
huidas del cemento,
alejadas de los ruidos,
cercanas al cielo.

El cielo.... Aquel cielo, el que mostraba sin engaños
las estrellas y la luna, esa luna alejada,
faro del Universo,
repleta de versos donde soñar los poetas.

Hubo un día, Gaia.
Cuando el norte existía...
y el sur...
y no erraban los lugares
ni el tiempo
y el mar nos hablaba desde la esperanza.




lunes, 13 de abril de 2009

En ese momento


Fotografía: Den


Un instante mudo, ese instante eterno.

Mirabas la tarde, el ocaso, lejos.

Y te refugiabas solo,

a sólo unos metros,

la mirada huída en el mar del techo.

Tus ojos, inquietos, alzaban ciudades

donde ser eternos.

Eterna la risa,

eternos los cielos,

eternas las horas de luces y vuelos.

Y yo, sabedora del fugaz momento,

aunque fuera un sueño,

dejaba mi isla de papel impreso

para acurrucarme, celosa del vuelo,

entre los silencios que hablaban de ensueños.

Y tú, sonriendo, me abrazabas fuerte

fluyendo el deseo de rozar conmigo,

en ese momento,

los vuelos, la risa, las luces y cielos.

Un instante mudo.

Ese instante eterno.