Seiscientas veintinco,
el rostro destrozado,
los ojos en la sangre envenedados,
las manos laceradas, tu pasado.
Seiscientos veinticinco en esta orilla,
seiscientos veinticinco en ese lado...
Seiscientos veinte mil que no te oímos
multiplicados por mil y mil....
Cegados.
Seiscientas veinticinco líneas encendidas:
Un gesto,
un sólo gesto salvador
y te apagamos.
Querida amiga,
ResponderEliminarMientras pueda manejar on ordenador te seguiré, seguiré tu poesía donde vayas. Me gustaría además disfrutar de tu libro cuando lo publiques.
Enhorabuena.
Muchísimas gracias, Fede.
ResponderEliminarTú eres, entre otr@s, el "responsable" de mi nueva andadura.
Un fuerte abrazo.
Elsa:
ResponderEliminarFelicidades porque esto que emprendes es... GRANDE. ¡Aquí estaré! ¿vale?
UN montón de besos.
Y otros miles que dejan en el camino hasta su vida. Qúe injusto es el mundo (o más bien, qué injustos somos los de este lado, los que vivimos tan cómodamente).
ResponderEliminarFelicidades por estos hermosos versos.
Emilio
Gran poema como todos los tuyos, Elsa. Me apunté ya a tus viajes y cambiaré el enlace.
ResponderEliminarUn beso muy grande.
Querido Jesús,
ResponderEliminarGracias por estar siempre.
Un montón también para ti.
Hola Emilio,
ResponderEliminarLa mirada del primero por la izquierda que se publicó en los periódicos y que pudimos ver en la caja "lista" en primer plano me produjo, como tantas veces que veo imágenes similares, una enorme tristeza...
Como decía aquél, "paren el mundo que yo me bajo..."
Un abrazo.
Hola Malenita...capitana-generala...
ResponderEliminarContaba, cuento contigo. Tú siempre a mi lado. Conmigo.
Mil besos.
(...¿y el patoooo???