viernes, 30 de abril de 2010

En el sueño que no duermo



En el sueño que no duermo, esta noche, hay un silencio
que armoniza el leve cimbrear de los visillos.
Por el resquicio del cristal asomo; es el aire bálsamo
que alivia la vigilia.
En el lecho, un hueco aún templado y a su lado,
el peso de las horas descansa
en tu almohada.
Las mías se agitan, me llaman por mi nombre
y confunden
la sombra con el alba.
Escribir... me aleja
y aunque el párpado duele
y la fatiga,
rescato la esencia de mi isla,
del polvo, del olvido, del jamás, del nunca:


Es mi isla
(2006)

Una barca en el mar, a la deriva, es mi isla.
Un paréntesis sin tiempo,
un espacio apartado en el silencio,
un rincón donde la luz se filtra.

En mi isla el sueño no despierta,
se ondula en el blanco de su lecho,
fresco el aire se mece en los helechos
mitigando el dolor del mediodía.

A mi isla acuden mil fantasmas
buscando en el pasado su refugio,
mas el sol derrite sus espectros
y la luna mis dedos acarician.

Sin mi isla me pierdo en la ceguera,
me ahogo en el mar de los gemidos,
me duele la soledad entre el gentío,
se quiebra mi esperada primavera.

En ella brota lo que ahora escribo.
Roza el vuelo el beso de un adagio
que es frontera,
en el umbral,
de la tormenta.

miércoles, 28 de abril de 2010

Olvida


Ha despertado la noche y en sus brazos
me adormezco,
un ejército de huellas me persigue.
Vienen del ayer, acero en mano.

Me he sumergido en la noche,
bajo sus párpados,
y aovillada en su lecho me aletargo.
Un hilo de voz,
un hilo de viento,
un hilo de lluvia al otro lado.
Aquí,
huida de todo,
ahora,
firmo en el silencio mi cansancio
tratando de acallar con el olvido
el daño que se urdió
sin avisarnos.

No quiero regresar y te suplico
que entierres ese cráter y su abismo,
no puede explosionar una y mil veces,
no puede el corazón tanta intemperie
ni la cruz de la obsesión y su martirio.

miércoles, 21 de abril de 2010

Los tiempos se suceden

Hay veces que las orillas son
lo poco que queda del cariño de los ríos.

Nathán Yonathán
(Israel
)

Cada una de las voces aguarda tu regreso.

Cómo regresar
si ya no es el paisaje,
si callaron las tardes de domingo.
Cementaron el parque de tu infancia,
los besos a la sombra
de los pinos,
los setos que velaban el pecado.
Y el camino.
Se embarraron los paisajes,
los augurios,
la niña de las trenzas cambió
el rostro,
la boca,
su discurso.

Los tiempos se suceden y no te reconoces.

Una nota se eleva, se afina
en tu oído,
un aroma, fracción en la memoria,
sutil nombra los pasos
del exilio,
una boca deletrea,
a m i g o.

Los tiempos se suceden,
nos desandan malheridos,
los tiempos nos retornan
derrotados por el ruido.

viernes, 16 de abril de 2010

Des-conocida





Hoy ando detrás de mí, a resguardo en la coraza,
callando cuando ella grita, a rebufo de su ira,
encogida en la amenaza, deseando la partida.

Es a ella a quien conocen. Y es la desconocida.

Nos quedamos en la orilla
por si la sal
nos despierta
en medio de las heridas.

Hoy ando detrás de mí distrayendo lo que mira:
En sus ojos el desierto y los míos entre dunas
aguardando que ese sol se alivie entre la penumbra.

Es a ella a quien conocen y es la desconocida.

Nos quedamos en la herida
por si la mar
nos refleja
en el miedo de la orilla.

miércoles, 14 de abril de 2010

Cuéntame del aire


Háblame del aire
si el sol, negro, hiela
el horizonte,
si el cuervo del presente
se nutre
de despojos,
si el desaliento se nombra
entre mis ojos
y es la risa mentira
de la queja.

Cuéntame del aire
si el desamor rodea
mi cintura,
si es mi asiento el filo
de la pena
si la senda, destino
de las piedras
y es fatiga el alma
del reposo...

Háblame, dime,
cuéntame,
témplame el aire.

domingo, 11 de abril de 2010

El Viejo Roble de Malena


Me siento afortunada por haber podido compartir pequeños momentos de la gestación del Viejo Roble. Hace ya un tiempo que Malena me habló de su proyecto. Desde el primer momento me transmitió la ilusión y la efervescencia que precede a su publicación, la esperanza, la satisfacción y, por qué no, las dudas . Y llegó el día de leerlo, de tenerlo entre mis manos, de conocer el alma y los rostros del pequeño Boletus, Copelia, Valor … y por supuesto del Viejo Roble. Sabía que la humanidad de los personajes estaba asegurada. También su ternura. Y la magia de los sueños. Así fue, y en ese marco me sumergí y acompañé a Boletus y Copelia en sus andanzas por el bosque…
Mis queridos amigos: Os deseo lo mejor; a vosotros y a quien con vosotros compartió tantas horas e ilusiones.


Para todos aquellos que queráis más información sobre el libro, podéis pulsar aquí

domingo, 4 de abril de 2010

Versos marineros


No distingo el mar en los carrascales
Siempre en el velero mi rostro asomé
Yo fui marinero al amanecer

No moja la luna su rostro de nácar
No baña la estrella que ayer te conté
Seré marinero al anochecer

No mece mi sueño ni arrulla la cama
de sábanas blancas que en sedas bordé
¡Ah la caracola que al mar le robé…!
Me cuenta las olas que no navegué

Yo soy marinero del mar que soñé

viernes, 2 de abril de 2010

"Apreciemos el instante". Omar Khayám.






Os dejo unos versos del poema mágníficamente musicalizado por Arianna Savall (arpa y voz) que elegí para acompañar mi "Contigo". Y el enlace para que disfrutéis, como yo he disfrutado, de los poemas de este sabio persa medieval, Omar Khayám.

Apreciemos el instante

Un instante separa devoción de blasfemia,
un instante divide lo cierto de lo incierto;
disfruta de este instante y tenlo en mucho aprecio,
que el total de la vida suma lo que este instante.



jueves, 1 de abril de 2010

No necesito esa cruz


No necesito esa cruz al lado de mi almohada,
ni sus clavos ni su sangre ni sus espinas clavadas,
para saber del infierno
y la vida atormentada.

No necesito sus voces golpeándome la espalda,
ni sus rezos, letanías, ni sus palabras sagradas:
sé muy bien
qué es lo que callan, bajo palio, las miradas.


También sé, que al otro lado del dorado y las espadas,
hay caricias en silencio,
anónimas,
sin medallas,
que quitan clavos sin cruces,
que curan manos clavadas,
que lavan pies malheridos
.........................................sin iconos en sus aguas
que cohabitan con la muerte
cuerpo a cuerpo, cara a cara,
que calman con sus alientos
fuertes vientos, marejadas.

No puedo escuchar sus voces golpeándome la cara,
no necesito las cruces al lado de mi almohada,
ni cónclaves
ni fumatas.

(Elsa. 2006)