jueves, 11 de junio de 2009
Orillas.
Te has dormido. Y en el sueño la otra orilla.
Aquí la vida. ¿la vida...?
La muerte poco a poco, la muerte parecida.
Porque el aliento le falta a este lado
en la vigilia.
Porque inmóvil se ha quedado
la esperanza,
porque la arena ha cubierto nuestra danza
en esta esquina.
La muerte que no mata, la vida pesadilla.
Y en el sueño la otra orilla.
¿Me acompañas?
(Me lo dice tu sonrisa)
Ven a este lado que es nuestro, miraremos desde arriba.
Veremos pasar la furia.
Distancia... La que nos salva.
Pero tú cerca.
No pronuncies soledades
cuando tu mano en la mía,
cuando despierto y me miras.
¿Me acompañas...?
Me he perdido. En el grito.
Tu susurro lo siento tan leve
que mi nombre se ha quedado
en este lado, en esta orilla.
Ya tu sueño no me lleva, ni me alivia
tu sonrisa.
No puedo saltar la arista.
Perecedera es la noche, la oscuridad pasajera.
Yo te espero. Y el camino.
Despertaremos la aurora que ahora duerme
entre tus versos.
Perecedera es la noche.
Yo te espero.
Elsa.
Me llamas, amado mío, para que entre en tu sueño. Me tiendes las manos y yo extiendo las mías para seguir tu camino más allá del horizonte. Donde brote como una flor la esperanza y el sol oculte la oscuridad de la noche. Mi mirada en la tuya se pierde y oigo suavemente como recitas poemas que van acariciando mi atribulada mente y me libero de las cadenas que han acortado mis pasos y han intentado esclavizarme para siempre.
Abrázame. Hazme salir de este mal sueño y dime que me quieres, que me sienta llena de ti y sepa arrinconar la angustia y soledad de esta oscura noche. Que tu cuerpo unido al mío, juntos en una caricia, derroten las aristas que se elevan cruelmente.
Di mi nombre… Llámame para que mi ser te responda, para que escale los peldaños que separan este mundo del tuyo. Vida mía... mi vida... tu sonrisa me dice que es posible y yo, entregada a ti, entro en tu sueño y dejo atrás esta orilla en donde la arena me cubría, para ver contigo la promesa merecida de un nuevo día libre de pesadillas, lleno de nuevas ilusiones.
Malena
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Mi querida Malena, mi ángel...me acompaña siempre.
ResponderEliminarGracias amiga mía.
No. Si me harás llorar... Tu amistad es el mejor regalo que tengo,Elsa, y estar juntas para reir y llorar es algo que no tiene precio.
ResponderEliminarY ahora... ¡a preparar el siguiente trabajo! :)
Venga, venga...
Mil besos y mil rosas para tí, mi querida amiga.
Muy bonito este dúo de llamadas en la lejanía de las dos orillas.
ResponderEliminarFelicidades a las dos.
Abrazos.
Queridas Elsa y Malena,
ResponderEliminarMi más cordial enhorabuena por la iniciativa.
Desde luego leyéndoos se disipan los pesares como niebla mañanera
Siempre hay puentes
ResponderEliminarque unen las dos orillas.
¡Ha sido una gozada cruzar ese puente! Mi aplauso más sincero.
Un abrazo
...De la mano de Malena te felicito.
ResponderEliminarSaludos.
Es el brote de dos capullos en flor. Muy buena faena. Abrazos.
ResponderEliminarPUes digo lo mismo.
ResponderEliminarPlas,plas, plas, plas... me pongo en pie para seguir aplaudiendo.
Besos y aplausos
¡fABULOSO!
ResponderEliminarTe pido que vengas a dejar una rosa en mi blog para la madre de Noray..
ResponderEliminarGracias siempre.
Un abrazo.
Una noche con estrellas, de esperanzas e ilusiones que ilumina un nuevo día. No hay soledad en el mundo, cuando en ella hay compañía. Por eso en la noche perecedera, el sueño que creías perdido, como capullo en flor, abrirá sus hojas a la vida ¡ no hay que rendirse nunca!
ResponderEliminarBesos, Yolanda