Un instante mudo, ese instante eterno.
Mirabas la tarde, el ocaso, lejos.
Y te refugiabas solo,
a sólo unos metros,
la mirada huída en el mar del techo.
Tus ojos, inquietos, alzaban ciudades
donde ser eternos.
Eterna la risa,
eternos los cielos,
eternas las horas de luces y vuelos.
Y yo, sabedora del fugaz momento,
aunque fuera un sueño,
dejaba mi isla de papel impreso
para acurrucarme, celosa del vuelo,
entre los silencios que hablaban de ensueños.
Y tú, sonriendo, me abrazabas fuerte
fluyendo el deseo de rozar conmigo,
en ese momento,
los vuelos, la risa, las luces y cielos.
Un instante mudo.
Ese instante eterno.
Momentos que querríamos que fuesen eternos cuando estamos entre los brazos de la persona que amamos.
ResponderEliminarBellas cada una de tus palabras, Elsa.
Mil besos y mil rosas.
P.D/ Le di recuerdos de tu parte al mar :)
¡Madre mía!
ResponderEliminarElsa:
De todos tus poemas leídos, este, sin duda, es el que me ha gustado más.
Si algún día fuera posible publicar un poemario conjunto, me gustaría que "En ese momento" sea el protagonista de una de sus páginas.
¡Maravilloso!
Un beso.
Eternos momentos que confluyen en un hermoso poema. Abrazos.
ResponderEliminarQuerida Elsa,
ResponderEliminarCada día tus versos me gustan más. Este concretamente es para enmarcar.
Felicitaciones