jueves, 2 de abril de 2009
No te mires extraño
No hay ojos suficientes que lloren la belleza,
ni bocas que suspiren los amaneceres,
ni oídos que escuchen los compases
que nos conmueven.
Mas no te mires extraño; yo no te miro.
Ni te sientas tan lejos, yo no te siento.
Después de los cementos siempre regresaremos
a la esencia de donde nunca partimos,
a la ventana, a pesar del horizonte,
a la estancia que juntos construimos
cuando el mundo, de acero, se expande
en la muerte.
No te mires extraño, ni te sientas lejos.
Aún hay quienes miran - nos miramos- entre la multitud,
cercanos.
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Buenos días, Elsa:
ResponderEliminarPorque la mirada, sicera, siempre es cercana. Y nos dice, y nos silencia la voz que no el alma.
Besos desde mi mirada.
Hay miradas que matan, otras... que aman.
ResponderEliminarUn saludo
No hay mayor tristeza que la que da la soledad, Elsa, y hay muchos que se sienten extraños, solos, porque no hay suficientes ojos ni bocas que les puedan regalar belleza, compañía y calidez.
ResponderEliminarMil besos y mil rosas.
Poema profundo que irradia mucha fuerza desde las entrañas de sus letras. Abrazos.
ResponderEliminarNo te mires extraño... yo te miro.
ResponderEliminarSin duda le has puesto pasión al texto.
Y me has dejado circulando por las venas de un sentimiento.
Saludos
Ausencia y presencia, soledad y compañía, cerca y lejos, sí y no... también y tampoco. A veces suele ser una finísima y casi imperceptible línea la que demarca inútilmente las fronteras.
ResponderEliminarBesos, Elsa. Buen poema.