los de querernos, querernos
sin saber, sin conocernos
aprendiendo de nosotros
destapando nuestros sueños
De aquellas horas, las tuyas
las de nunca, nunca, nunca
las de siempre aun en la lluvia
saltimbanquis de fortunas
espontáneos de la vida
De aquellos ojos, los tuyos
de aquellas manos, las mías
de aquellos labios, el beso
de aquella boca, tu risa.
Después del tiempo ejercemos
lo de querernos querernos
sorteando el nunca nunca,
sabiéndonos, conociendo
abrigando la ternura.
Siempre, siempre son
mis ojos
y tu mirada es
la mía